Diario de Guerra.- El pequeño cementerio del municipio de La Sénia (Tierras del Ebro, Cataluña) es uno de los lugares de enterramiento con restos de combatientes de la Guerra Civil Española más destacados de Cataluña. Y lo es, no por el gran número de caídos , sino por su procedencia y relevancia histórica.

España fue el primer frente donde se enfrentaron las dos ideologías que protagonizaron buena parte de la Segunda Guerra Mundial en una guerra feroz por la hegemonía mundial, la Alemania nazi y la Unión Soviética. Ambos regímenes trasladaron soldados en el frente español y la guerra aérea fue su principal escenario de combate. Un aviador de cada bando descansa en el cementerio de La Sénia, Nikolai Andreevich Voloshenko por la Unión Soviética y Erich Beyer por la Alemania nazi. Ambos aviadores eran residentes en el campo de aviación existente en el mismo municipio, construido por el ejército republicano en 1937 y reutilizado por la Legión Cóndor un año después.

El aviador soviético murió el 4 de noviembre de 1937. Tenía 27 años y era miembro de un grupo de cazas Polikarpov I-16 ' Mosca '. Murió cuando intentaba despegar con su avión en el campo de aviación y una fuerte carga de viento desestabilizaron el avión. Lo enterraron en el cementerio del pueblo . Años después, a raíz de unas reformas en el cementerio fue trasladado a una fosa común. En noviembre de 2008 se instaló un monolito en su recuerdo que el cónsul en Barcelona de la Federación Rusa visita regularmente.

A pocos metros del monolito, se conserva, en estado de aparente abandono, la tumba del aviador de la Legión Cóndor alemana, Erich Beyer . El avión que pilotaba, un Heinkel He -51, del 4.J/88 fue abatido el 8 de junio de 1938 a la altura del pueblo de la Torre d'en Domènech (Castellón) . El avión se estrelló en el suelo y el piloto, de 25 años, murió en el acto. Sus restos fueron trasladados a Vigo, como hacían con todos los soldados de la Legión Cóndor. Desde allí se embarcarían de regreso a Alemania donde sería enterrado. Pero la familia de Beyer, de gran tradición militar, quiso que el cuerpo del soldado fuera enterrado en la zona donde estaba destinado. Así , los restos volvieron a la Sénia y Beyer fue enterrado con todos los honores militares el 22 de julio , un mes y medio después de su muerte. Le fue concedido, a título póstumo, la cruz de oro con espadas .

El historiador local Heribert García asegura en el libro 'La Aviación Republicana y la Legión Cóndor en el Aeródromo de La Sénia ' que es el único soldado de la unidad militar de la Luftwaffe caído en la Guerra Civil que no fue repatriado a su país de origen. Garcia relata en el mismo libro que el cura de la Sénia no quería enterrar Beyer al cemeniri local por el hecho de practicado la religión protestante . Parece que un comandante de la Cóndor amenazarlo en acompañar Beyer si no permitía el entierro del sodat . La lápida blanca de granito conserva una extensa inscripción en lengua alemana deteriorada por el paso de las décadas. A diferencia del monolito de Voloshenko, en la lápida de Beyer no hay depositados ramos de flores en su memoria.

Tres vecinos a los campos nazis

El cementerio de la Sénia contiene un tercer monumento de relieve histórico . Se trata de un monolito en recuerdo a los tres vecinos de la Sénia víctimas del exterminio nazi : Marià Lluch Bretó, Joan Ferré Bel y Enric Ferré Berenguer. El monumento se inauguró en 1996. El cementerio está situado en las afueras del núcleo urbano de la Sénia. Su acceso está bien señalizado.