Ubicada en la calle Montcada del casco antiguo de Tortosa, la antigua iglesia de Sant Antoni Abad se convirtió en la sede del centro de interpretación de la Semana Santa de la ciudad. Este templo fue profanado, quemado y destruido la noche del 31 de julio de 1936 en el marco de un episodio generalizado de quema de iglesias y conventos en la ciudad.

Personas de ideología anarcosindicalista profanaron y destruyeron la iglesia, incluyendo su mobiliario litúrgico y el valioso archivo gremial, y el paso de Semana Santa del paso de la Oración en el Huerto, obrado por Ramon Cerveto y Josep Maria Beltri.

Regiones Devastadas
Durante la posguerra, el gremio se recuperó y en dos años el nuevo paso, obra del escultor tortosino Carles Riba, salió en procesión. La voluntad era, también, restaurar la iglesia al culto, pero el interés del obispo para construir el nuevo seminario lo impidió, se asegura en la información oficial del Ayuntamiento de Tortosa sobre el centro de interpretación. Sin embargo, y durante bastantes años, frente al templo se siguieron celebrando actos tradicionales de la fiesta patronal.El edificio fue utilizado como taller de carpintería y almacén de la Dirección General de Regiones Devastadas y tiempo después fue almacén de los Pasos de la procesión.

En los años 90 del siglo XX, el estado ruinoso del edificio impidió además su uso como almacén. En 2009, el Obispado de Tortosa y el Ayuntamiento acordaron erigieron después de rehabilitar el espacio un centro de interpretación donde exponer de manera permanente once Pasos de la ciudad, la mayoría construidos durante la posguerra y obra de los escultores Innocenci Soriano y Enric Monjo. La obra de rehabilitación finalizara en abril de 2011 con un coste cercano al millón de euros. Los trabajos incluyeron la colocación de una cubierta de madera y el reforzamiento de los muros, pilastre y capillas existentes.

El centro gestionado por la Agrupación de Cofradías de Semana Santa abre de martes a sábado en horario de mañana y tarde y domingos y festivos por las mañanas, de 11.00 a 13.00 horas.

El templo se erigió a finales del siglo XVII, respetando la parte baja de la fachada de un antiguo edificio.

Estallido revolucionario

El escritor exiliado, Juan Cid y Mulet, en su magnífica obra 'La guerra civil y la revolución en Tortosa 1936-1939', donde es testigo directo del estallido revolucionario dada su condición de concejal de Cultura del Ayuntamiento de Tortosa por el partido Acció Catalana. Cid y Mulet relata con precisión que entre los días 30 y 31 de julio llegaron a Tortosa un numeroso grupo de entre 27 y 29 personas, entre hombres y mujeres, procedentes de la delegación regional de la CNT-FAI, todos ellos forasteros.

Se instalaron en el Convento de las Teresita, situado junto al parque municipal, un edificio incautado por cenetistas locales. El joven concejal habló con uno de los nuevos revolucionarios, de nombre Manuel Carrozas, que le relató sin tapujos el objetivo de la presencia del grupo. "La revolución todavia no ha empezado (en Tortosa) y se puede eso que hemos venido nosotros" .

La noche del 31 de julio se inició aquella 'revolución' con el incendio indiscriminado de templos, las iglesias de San Antonio, San Blas, de San Felipe Neri, de los Dolores, la del Rosario en el barrio de Ferreries, el Seminario, los Convento de Santa Clara y San Juan y la iglesia de la Purísima, entre otros, 'Toda la ciudad es una gran hoguera!. En pocas horas, la masa gigantesca de los edificios se convirtió en un horno ', relató Cid y Mulet en su libro