Un grupo de historiadores aficionados presentó en 2006 el descubrimiento de los restos de la línea fortificada construida por el XV Cuerpo de Ejército republicano, comandado por el comandante Manuel Tagüeña, a partir del mes de agosto de 1938 los términos municipales de la Fatarella y Ascó, en la Terra Alta y Ribera d'Ebre. El espacio consta de 10 nidos de ametralladora, trincheras, refugios, pozos de tirador y barracas de piedra seca esparcidos por la sierra de La Fatarella.

Tras una semana de ataques virulentos con el objetivo de conquistar Gandesa, el Ejército del Ebro, bajo el mando del coronel Juan Modesto, emitió una orden de operaciones donde anunció la necesidad de fortificar todo el terreno conquistado desde el río Ebro y hasta las puertas de Gandesa. El objetivo era "continuar las acciones ofensivas en forma limitada para mejorar las posiciones actuales aprovechando circunstancias favorables. Defender el terreno conquistado, desgastar al enemigo a través de esta defensiva enérgica y retener a las fuerzas contrarias con frecuentes acciones locales ". Franco necesitaría más de tres largos meses para superar esta red defensiva tejida por los ingenieros republicanos con un coste en vidas enorme.

La línea de búnkers de la Fatarella permitió la retirada tranquila, ordenada y planificada del ejército republicano entre los días 10 y 15 de noviembre de 1938, evitando, por tanto, la pérdida de cientos de vidas.

Los restos de la línea fortificada se pudo descubrir después de que el grupo de historiadores consiguieron en 2005 en el Archivo Militar de Ávila un documento excepcional del cuerpo expedicionario de la Italia fascista, el Corpo di Truppe Volontarie (CTV ). Era un estudio detallado de una fortificaciones llamadas por los italianos como 'Campo Trincerato di Fatarella'. Este hallazgo junto con la utilización de cartografía antigua y moderna permitió recuperar los restos de la línea. Los investigadores también recuperaron unas imágenes fotográficas de gran calidad realizadas por militares italianos una vez los franquistas ganaron la batalla del Ebro. A partir del hallazgo de los mapas, los historiadores decidieron desplazarse hasta La Fatarella, Ascó y Ribarroja y, siguiendo las indicaciones de los mapas, buscaron uno a uno los búnkeres y fortificaciones. Muchas de las edificaciones estaban completamente destruidas o enterradas.

Los descubridores de los restos se agruparon en una asociación, llamada Asociación para el Estudio del Patrimonio Arqueológico e Histórico de las Tierras del Ebro, Lo Riu. La entidad organiza con cita previa visitas guiadas a la línea, que han sido recientemente señalizadas por la entidad. Más información en los teléfonos 646925114 y 977413423.