El refugio antiaéreo de la Font Gran Civiles bajo las bombas Bookmark and Share
Fuentes consultadas
- Hemeroteca Diari de Tarragona
- Información propia diarideguerra.com

Las tropas republicanas cruzaron el rio Ebro el 25 de julio de 1938. Un día después, el pequeño pueblo de Benissanet, en la comarca de la Ribera d’Ebre, fue bombardeado por la aviación franquista. Cerca del pueblo, el republicano ejército del Ebro habilitó en el río un paso para las tropas, convertido en objetivo insistente de la aviación enemiga. Benissanet, amenazada, decidió construir un refugio bajo la plaza. Según una investigación de la revista local ‘L’Aufàbiga’, fue el comandante republicano instalado en Benissanet quien ordenó la construcción del refugio. Trabajaron soldados, que se encargaban de cavar el terreno, y vecinos, la mayoría jóvenes y mujeres, que sacaban los capazos llenos de tierra al exterior. La gente del pueblo no trabajó de manera voluntaria, sino obligada, de noche y por turnos.

El refugio posee una longitud aproximada de 100 metros, una altura de 170 centímetros y un diseño sinuoso, probablemente para evitar el efecto letal de una onda expansiva. Además, buena parte de la cavidad fue revestida con ladrillos de obra para aumentar la seguridad de la población refugiada. Cuando sonaba la alarma aérea, la población y los soldados destinados en Benissanet accedían al refugio por una de las bocas de entrada. En el interior, e iluminados con luz de candil y de carburo, esperaban la finalización del ataque de pie o sentados, mientras que a los más pequeños les colocaban un pequeño bastón en la boca para protegerlos de los efectos del bombardeo.

El refugio de la Font Gran y los otros dos refugios existentes en Benissanet cayeron en el olvido tras el conflicto, aunque la población conocía su existencia. El año 2006, el Ayuntamiento de Benissanet ya mostró interés en recuperar la cavidad de la plaza de Catalunya. Finalmente, en 2009, se inauguró el espacio, que cuenta con una sala donde se ofrece un audiovisual sobre la construcción del refugio, con testimonios de las vecinas que participaron.


Entrevista de Andreu Caralt publicada en el Diari de Tarragona 19/04/2009 con dos vecinas que trabajaron en la construcción del refugio

Rosa Ayet ‘Era como una película de cine’
Rosa Ayet, de 85 años, trabajó de joven en la construcción del refugio, «durante un mes», recuerda. Su turno era de seis de la tarde a doce de la noche, codo a codo con los soldados republicanos, «unos buenos chicos». Ayet vivía, como muchos vecinos, fuera del pueblo, en la zona de las Sènies, donde su familia había habilitado un agujero bajo tierra por protegerse en caso de ataque. Define sus vivencias en el centro del frente de guerra durante la batalla del Ebro «como una película de cine, con las marchas aéreas de las ‘pavas’ o los miles de folletines que lanzaban desde el aire». Hace ahora pocos días, volvió a bajar al refugio, «y la sensación es como si estuviera soñando, nunca habría pensado que lo volvería a ver».

Teresa Bertolí ‘He llorado al recordar aquellos años’
Teresa Bertolí, de 91 años, fue una de las vecinas que participó en la construcción del refugio de Benissanet. Recuerda que trabajaban de noche con los soldados republicanos, sacando capazos y capazos de cáñamo llenos de tierra del refugio a la calle. El trabajo se alargó semanas hasta completarse aunque ella no entró nunca al refugio por protegerse. Vivía, como la mayoría de vecinos, fuera del pueblo, en la zona de las Sènies. Explica que no todo el mundo quería protegerse en el refugio «porque habíamos oído que el refugio de Móra d'Ebre había quedado afectado por un bombardeo y había muerto gente». Bertolí ha vuelto a bajar al refugio, «me he emocionado y he llorado recordando todos aquellos años».