El memorial de las Camposines En recuerdo a los desaparecidos Bookmark and Share
Fuentes consultadas
- Hemeroteca Diari de Tarragona
- Información propia diarideguerra.com

El 5 de julio de 2005, el presidente del Parlamento de Catalunya, Ernest Benach, inauguró un edificio en la comarca de la Terra Alta, escenario central de la batalla del Ebro, para recordar a los soldados caídos de los dos bandos y acoger los restos humanos de la batalla todavía esparcidos por los campos de la comarca. El memorial de las Camposines, financiado por la Generalitat, es un edificio de hormigón medio sepultado sobre un pequeño cerro, junto a la ermita de Santo Bertomeu, municipio de la Fatarella. 

Diez biografías sintéticas de ex-combatientes de ambos bandos presidían la entrada del monumento, como ejemplo de todos los caídos durante los 115 días de batalla, entre 20.000 y 30.000 soldados según las fuentes. Pero a pesar de las buenas intenciones, el memorial ha jugado un papel secundario dentro de la red de Espacios de la Batalla del Ebro desde su inauguración.

Y es que a medida que se iban inaugurando espacios más atractivos para los visitantes, ya sean centros de interpretación o espacios históricos como zonas de trincheras, el memorial caía en el olvido y no conseguía representar aquel espacio de luto imprescindible para los familiares de los desaparecidos.

A finales de 2010, el gobierno de izquierdas de la Generalitat de Cataluña afrontó las últimas semanas de la legislatura y decidió en uno de los últimos actos de recuperación de la memoria del bando vencido en la guerra civil la modificación del memorial de las Camposines para reforzar su papel de espacio de luto. Las diez biografías sintéticas fueron eliminadas y en su lugar se  colocaron decenas de placas con el nombre de los 1.145 soldados desaparecidos inscritos en el censo de desaparecidos abierto por la Generalitat, cerca del 60 por ciento de los cuales eras originarios de Cataluña, un 40 por ciento del resto del Estado y un 2 por ciento otros países europeos. La inmensa mayoría de ellos participaron en el bando republicano.

El 24 de octubre de 2010 el conseller de Interior, Joan Saura, inauguró el nuevo memorial con la ofrenda de un gran ramo de rosas con los colores de la senyera de Cataluña. Saura asistió aquel día en la Terra Alta para presidir en Gandesa el primer acto insitucional de homenaje a los familiares de los soldados desaparecidos, en el cual  asistieron más de 2.000 personas.

Espacio clave de la batalla del Ebro

El memorial de las Camposines se divide en tres espacios. En la planta baja se  pueden admirar las placas con el nombres de los 1.145 soldados desaparecidos y los recuerdos que los familiares  depositan de forma anónima. En una habitación de 40 metros cuadrados, restringida al público, se depositan los restos descubiertos de los combatientes. En el mes abril de 2009 el ossario recibió los restos de 35 soldados recuperados al municipio vecino de Corbera d'Ebre.

A través de una escalera que simula la traza de una trinchera, se accede al mirador del monumento, con una privilegiada panorámica sobre las sierras de la Fatarella, Cavalls y Pàndols, tres espacios históricos clave de la batalla del Ebro. El mirador cuenta con varios plafones interpretativos sobre la importancia histórica de lugar. 

Durante la batalla del Ebro, el espacio de las Camposines fue considerado un espacio de gran valor estratégico puesto que se trata de un nudo de comunicaciones por carretera. El espacio fue el objetivo de la mayoría de ofensivas franquistas para obligar el ejército republicano a volver a cruzar el río.

La XIII Brigada Internacional de la 35 División republicana conquistó las Camposines la mañana del día 25 de julio de 1938. Su control era vital para la ofensiva republicana, puesto que permitía la comunicación entre la ribera del ríe Ebro y la primera línea del frente, haciendo posible la llegada de los suministros necesarios para los combates y la evacuación de los heridos.

El lugar fue el objetivo de tres ofensivas del ejército franquista sobre las fuerzas republicanas para forzar su retirada: el 3 de septiembre, el 18 de septiembre y la última, el 1 de octubre. Pero no sería hasta el 30 de octubre con el ataque a Cavalls que el frente republicano cedió hasta permitir ocupar la posición la 11 de noviembre, cinco días antes del final de la batalla. Para las fuerzas nacionales, recorrer los cerca de 10 kilómetros de distancia entre Gandesa y las Camposines, supusieron cerca de 90 días de duros combates durante los cuales tuvieron que conquistar cada sierra y cada barranco donde las fuerzas republicanas resistieron sin recular, gracias en parte de la estrategia defensiva de las tropas del cuerpo de ejército de Manuel Tagueña.