Son escasos los restos que hoy recuerdan la existencia del campo de concentración de Argelès-sur-mer, el mayor de todos los que instalaron las autoridades franceses el invierno de 1939 para acoger a los refugiados republicanos catalanes y españoles (hasta 180.000 personas durante los primeros días de febrero). Un monolito en la misma playa y una estela en el antiguo cementerio de los españoles son los principales espacios de memoria del campo.
La playa del municipio turístico de Argelès-sur-mer simboliza uno de los episodios más trágicos de los cientos de miles de catalanes y españoles republicanos exiliados tras la conquista de Cataluña por parte del ejército de Franco. En este espacio, las autoridades francesas instalaron de urgencia el 1 de febrero de 1939 un campo de concentración destinado a acoger a los exiliados, el mayor de los que se habilitaron en las playas francesas de los Pirineos Orientales en 1939. Hombres, mujeres y niños desprovistos de cualquier cosa cruzaron a pie los diversos pasos montañosos del Pirineo catalán y fueron dirigidos hasta la costa a la espera de ser evacuados hacia otras zonas de acogida. Argelès-sur-mer fue la primera playa que recibió los exiliados.
El campo, rápidamente rodeado con alambre de espino, se extendía del actual Hotel de Lido hasta el Camping rosellonés. Muy pronto, sin embargo, las autoridades, superadas por la magnitud del éxodo, decidieron abrir otros campos en la arena de la playa de Saint-Cyprian y Le Barcarés. En un inicio, el campo no tenía ningún tipo de servicio, era únicamente una inmensa playa dividida en rectángulos de una hectárea divididos por alambre de espino. No había ningún tipo de refugio, a pesar de la época del año-invierno-y los efectos perniciosos del viento de tramontana. Hasta el 10 de febrero, el campo acogió a 180.000 personas.
De febrero a julio de 1939, el campo fue ocupado en unas condiciones pésimas para exiliados republicanos a la espera de su evacuación a otros lugares. En septiembre de 1939, con el inicio de la Segunda Guerra Mundial, el campo volvió a utilizarse y recibe los extranjeros indeseables. A partir de 1940, el campo de concentración de Argelès-sur-mer también acogió a familias judías y tziganes. El campo cerró definitivamente en septiembre de 1941, cuando fue transformado en 'campo de jóvenes'.
Hoy, las residencias y las casas han sustituido las chabolas y no queda ningún rastro del llamado 'Campo de los Españoles'. La excepción es el monolito inaugurado en 1999 en el paseo paralelo a la playa y que recuerda la localización de la entrada del campo. En 550 metros al norte del monolito, una placa localiza el límite norte del campo.
