Rosario Sánchez Mora (Villarejo de Salvanés, 21/04/1919 - Madrid, 17/04/2008)

Miliciana. A la edad de 16 años se traslada a vivir a Madrid donde reside con un matrimonio del pueblo, vecinos de sus padres. Se une a las Juventudes Socialistas Unificadas y con el estallido de la guerra civil se alista a las milicias obreras del quinto regimiento, denominado El Campesino, con destino al frente de Somosierra para defender el embalse de Lozoya de las tropas de Mola. Sin conocimientos militares, se la instruye en la fabricación de bombas, y manipulando un explosivo, pierde la mano derecha. Recuperada de las lesiones, trabaja en el Comité de Agitación y Propaganda para proseguir como encargada de la centralita del Estado Mayor Republicano en la Ciudad Lineal de Madrid donde conoce a Vicente Aleixandre, Antonio Aparicio y Miguel Hernández, quien le dedica el poema "Rosario, dinamitera".Un año después regresa al frente a la ofensiva de Brunete como cabeza de cartería de la 46 División, su antiguo regimiento. La batalla acaba en derrota para el bando republicano que se retira a Alcalá de Henares. En la ciudad madrileña se casa en septiembre de 1937 con  Francisco Burcet, un sargento de la sección de muleros. Pero su vida como pareja se rasga rápidamente. El 21 de enero de 1938 su marido marcha al frente de Aragón estando ella embarazada. Rosario por su parte, empieza a trabajar en las oficinas de Dolores Ibarruri en Madrid, reclutando a mujeres para cubrir las vacantes dejadas por los maridos en las fábricas y talleres. El 22 de julio de 1938 nace su hija Elena.
La derrota de la batalla del Ebro y la caída de Madrid el 29 de marzo de 1939 aceleran los acontecimientos. Sin poderse comunicar con su marido, sola y con una criatura, decide marchar hacia Valencia para reunirse con su padre. Confiada en que los republicanos serán evacuados vía mar, se refugian en el puerto de Alicante. Contrariamente, son detenidos por las tropas franquistas y enviados al campo de concentración de los Almendros donde su padre es fusilado, y ella es encarcelada en la prisión provincial de Alicante. La dificultad de los nacionalistas para poder identificar a los partidarios republicanos, les conduce a liberar presos con el objetivo que sean los propios conciudadanos quienes los delaten, como así le sucede a Rosario cuando regresa a su pueblo. Denunciada por algunos vecinos, nuevamente es encarcelada. Condemnada a pena de muerte, se le conmuta la pena a 30 años de prisión iniciando, entonces, su periplo carcelario por las prisiones de Getafe, Ventas, Durango, Orué y Saturrarán. No es hasta 1942 cuando puede salir de la prisión, recoger a su hija e instalarse en Madrid en casa de Rufina Núñez, una compañera de presidio, militante del partido comunista, con quien colabora repartiendo el diario Mundo Obrero. En la misma época le llegan noticias de su marido, quien acaba de ser liberado de la cárcel en Barcelona y que está legalmente casado y con dos criaturas. Su anterior matrimonio como matrimonio civil, no tiene validez. Intentando rehacer su vida, inicia una breve relación con el cuñado de Rufina, con quien tiene una hija.Sin recursos económicos y con dos criaturas que mantener empieza a trabajar vendiendo tabaco americano de estraperlo en las calles de Madrid. Años más tarde, consigue hacerse cargo de un estanco, tarea que realiza hasta su jubilación.
Rosario muere el 17 de abril de 2008. Faltaban cuatro días para su cumpleaños. Hubiese cumplido 89 años.