Las golondrinas de Montecassino
Las golondrinas de Montecassino

Tusquets Editores.-Montecassino, 1944. Durante cuatro meses, en una de las batallas más cruentas de la segunda guerra mundial, los Aliados tratan de romper las líneas alemanas en su intento por llegar a Roma. En ese frente no sólo combaten ingleses y norteamericanos, sino también tropas llegadas de otros continentes: hindúes, nepalesas, magrebíes, maoríes de Nueva Zelanda, e incluso un ejército polaco compuesto por ex deportados del Gulag. Y entre los dos fuegos, refugiados junto a algunos monjes en la abadía de Montecassino, están los civiles. Combatientes como John Wilkins, sargento de la División «Texas», el maorí Charles Maui Hira, los hermanos polacos Szer o el judío Samuel Steinwurzel, superviviente de Siberia, correrán suertes muy dispares. A la historia de sus vidas se unen voces del presente: esposas, hijos, nietos y parientes –entre ellos la autora– que van tras las huellas de estos héroes que no siempre relataron a sus coetáneos su asombrosa odisea, hecha de horror y de valentía.

La autora

Helena Janeczek nació en Munich en 1964 en el seno de una familia judeopolaca. En 1983 se trasladó a vivir a Italia, y en la actualidad vive en Gallarate, en la provincia de Varese. Ha publicado el poemario en alemán Ins Freie y las novelas Lezioni di tenebra (1997, Premio Bagutta Opera Prima) y Cibo (2002). Es redactora de Nuovi Argomenti y de Nazione Indiana. En Las golondrinas de Montecassino, Janeczek guía a los lectores a través de los recuerdos y las vivencias de los soldados que, llegados del mundo entero, participaron en una de las batallas que sumó más bajas de la segunda guerra mundial.

Carta de la autora a los lectores

Queridos lectores:
Me alegro muchísimo de que mi libro se publique en España. Admiro la poesía de Federico García Lorca y de Antonio Machado, hasta el punto de saber de memoria poemas de los dos; también me habría gustado estudiar literatura hispánica, y en la lista de mis narradores favoritos figuran Borges, Cortázar, Bolaño y Cercas, entre otros muchos autores en lengua española.
Nada de esto, sin embargo, es motivo suficiente para que os intereséis por Las golondrinas de Montecassino. Tampoco lo es que en mi novela no haya ningún personaje español, y en cambio sí aparezcan maoríes, polacos y nepaleses. Vuestra guerra, la Guerra Civil española, fue antes de la Segunda Guerra Mundial, uno de cuyos momentos describo en mi novela: vuestra guerra fue no sólo un antecedente, sino también una prefiguración de lo que ocurrió después, como supieron ver muy bien aquellos que acudieron de todas las partes del mundo a luchar al lado de la República. Si no los hubieran vencido, si la Guerra Civil española hubiera tenido otro desenlace, quizá los maoríes no habrían tenido que dejar Nueva Zelanda, ni los polacos y judíos de los que hablo habrían recorrido Oriente Próximo y el norte de África tratando de frenar al tirano alemán y liberar Polonia. Las historias de mi libro son también vuestra historia, y así me gustaría que las considerarais.