Memorial Walter Benjamin Portbou De Berlin a Portbou Bookmark and Share
Fuentes consultadas
- Direcció General de la Memòria Democràtica
- Información propia diarideguerra.com

 

Durante la Segunda Guerra Mundial miles de refugiados y refugiadas cruzaron los Pirineos aprovechando los numerosos pasos fronterizos de montaña que comunican Francia con Cataluña. Los caminos del Alt Empordà fueron los más transitados debido a la facilidad de paso que presentan. Una vez en España fueron detenidos en prisiones y campos de concentración hasta que finalmente se les autorizaba a dirigirse hacia su destino.

 

Entre estos cientos de refugiados y refugiadas llegados a tierras ampurdanesas hubieron algunos de especial significación. El caso más destacado es el del filósofo judío alemán Walter Benjamin (1892-1940), por la relevancia del personaje y por las trágicas circunstancias que rodearon su estancia.

 

Walter Benjamin, por cuestiones políticas y por la persecución antisemita de los nazis se exilió en París. Durante la ocupación alemana de Francia huyó hacia el sur y llegó a Portbou, en 1940. Allí, se vio tomado por la angustia, la incertidumbre y la frustración provocadas por la negativa de las autoridades españolas de otorgarle el visado para cruzar la España de Franco y llegar a Lisboa, punto de embarque hacia Estados Unidos, su destino final.

 

Benjamin había salido de Banyuls sur mer y murió en la fonda Francia de Portbou, el 26 de septiembre de 1940, la edad de 48 años. Se atribuye como causa de su suicidio la intención del gobierno español de devolverlo a Francia.

 

Las circunstancias posteriores a la muerte del Walter Benjamin han contribuido a una cierta mitificación de su figura. El doctor Vila, que certificó su muerte, lo inscribió literalmente como 'Benjamin Walter', alejándo cualquier parentesco y relación judía. Benjamin fue enterrado a toda prisa en el cementerio católico, en el nicho 563, que, durante 5 años, dejó pagado Henry Gurland. Pasados estos cinco años, los restos de Walter Benjamin fueron depositados en la fosa común del cementerio de Portbou, honrando de esta manera, desde la inconsciencia, la memoria de aquel que había dicho: 'La historia no es sólo una historia de los triunfadores, los dominadores, los supervivientes, es primariamente la historia del sufrimiento del mundo: Son estos los seres anónimos, privados del nombre y la memoria, los que sustentan la historia'.

 

El cementerio de Portbou fue visitado en octubre de 1940 por la filósofa Hannan Arendt, amiga personal de Benjamin, que poco tiempo después escribió: 'El cementerio da a la bahía, directamente sobre el Mediterráneo, está tallada en la piedra y se desliza en el acantilado. Es uno de los lugares más fantásticos y más bellos que yo he visto en mi vida '

 

Hoy el cementerio de Portbou, visible desde el collado de Belitres, y su entorno más cercano forma parte del Memorial Walter Benjamin.

 

El centro de este espacio memorial es la lápida dedicada de Walter Benjamin levantada en el cementerio. Una placa conmemorativa recuerda una de la conocidas frases de filósofo. El conjunto está rodeado de piedras de pequeñas dimensiones, colocadas por las personas que visitan el espacio. Las piedras colocadas en una lápida son símbolo de recuerdo y respeto en la cultura judía. A las puertas del cementerio una segunda placa colocada en la pared recuerda el filósofo.

 

Dani Karavan

 

Sin embargo, el elemento que más sorprende al visitante y ofrece una reflexión íntima sobre el exilio y la persecución de los regímenes fascistas es el conjunto escultórico construido por el artista israelí Dani Karavan. El conjunto, llamado Pasajes, está formado por una escalera cubierta que nace al lado del cementerio y desciende hasta casi tocar el agua del mar mediterráneo. Un cristal transparente con una frase de Benjamin impide al visitante llegar hasta el mar. El conjunto, de alta calidad estética y evocadora, se encuentra en buen estado de conservación gracias a la intervención de las autoridades locales.