El castillo de Montjuïc es uno de los espacios históricos de la Guerra Civil más relevantes de la ciudad de Barcelona. Construido en el siglo XVIII sobre una colina del mismo nombre que domina la ciudad, esta gran fortaleza fue utilizada entre 1936 y 1938 por los republicanos como prisión y lugar de fusilamiento de prisioneros del bando franquista. El día 26 de enero de 1939, Franco conquistó el castillo, que fue utilizado por los mismos usos. Para el pueblo catalán, la fortaleza recuerda una de las páginas más negras de la historia del país, el fusilamiento del presidente de la Generalitat, Lluís Companys, el 15 de octubre de 1940, por parte del régimen franquista.

Desde 1963 y hasta 2009, el castillo acogió un museo militar. Actualmente, es un espacio abierto al público de acceso libre donde se recuerda, de manera especial, el destino trágico de Companys. El Ayuntamiento de Barcelona quiere convertir el castillo, entre otros, en un espacio de memoria donde se relate la historia de la fortificación y un centro internacional de la paz, un espacio para la formación y el diálogo sobre la resolución de los conflictos. El estado de conversación del castillo es magnífico. Se conservan en muy buen estado varias enormes piezas de artillería.

En el patio del castillo se alza un atril que relata la estancia del presidente. Companys fue detenido el 13 de agosto de 1940 por la Gestapo en La Baule, población francesa ocupada por los nazis, a instancias del gobierno franquista. Llegó a Madrid el 29 de agosto, donde fue encerrado y torturado en las dependencias policiales de la Dirección General de Seguridad. Franco decide su traslado a Barcelona el 3 de octubre. Encarcelado en Montjuïc, Companys ocupa el departamento de la capilla castrense, idéntica a la de los demás oficiales o sargentos de la guarnición, con mesa, cama, lavabo e inodoro. El mismo día que el presidente llega al castillo, el capitán general ordena que se le abra procedimiento sumarísimo. El régimen franquista lo condena a muerte.

A las 6:20 horas del 15 de octubre, Companys es conducido el foso de Santa Eulàlia del castillo. Se despide de sus acompañantes, camina hasta el muro, mira sin vacilar el pelotón de ejecución y grita 'Por Catalunya'. A continuación, el pelotón obedece la consigna 'apunten y fuego' y Companys cae fusilado. El oficial se acercó al cuerpo y disparó varios disparos de gracia. El cadáver fue traslado al cementerio de Montjuïc, donde sus hermanas habían comprado un nicho para evitar el entierro en una fosa común. En el año 1985, sus restos fueron trasladados al mausoleo del cementerio de la Pedrera, en la misma Barcelona, donde descansan más de 2.000 personas ejecutadas en los primeros meses y años de la posguerra. Un atril ubicado a la altura del foso de Santa Eulàlia relata los últimos instantes de la vida del presidente republicano.

En la misma pared donde fue fusilado, el partido donde militó, Esquerra Republicana de Catalunya, colocó una placa conmemorativa en su recuerdo y a "todos los inmolados por las libertades de Cataluña". No fue hasta el año 2005, 65 años después del fusilamiento, que la Generalidad de Cataluña levantó un monolito ante el muro para recordar la memoria del presidente.

El bando republicano también cometió numerosos fusilamientos en el castillo de Montjuïc. Destaca la ejecución en agosto de 1936 de los máximos responsables del alzamiento franquista en Barcelona, los generales Goded y Fernández Burriel. Entre los meses de diciembre de 1937 y 1938 fueron ejecutadas en Montjuïc 173 personas. Estos hechos no son recordados en el castillo.