Isona Arquitectura devastada Bookmark and Share
Fuentes consultadas
- Información propia diarideguerra.com

Durante los primeros días de guerra en el frente del Pallars, el pueblo de Isona quedó prácticamente abandonado y fue ocupado por las compañías de soldados republicanos destacadas en la zona. Durante los nueve meses que duraron los enfrentamientos (abril de 1938 - enero de 1939) la villa formó parte de la misma línea de frente, por lo que sufrió de manera significativa los efectos de los combates.

Poco meses después de finalizar la guerra civil, en un informe de octubre de 1939 el estado de la población era el siguiente:
‘Pueblo que se encuentra junto lo que fue la cabeza de puente de Tremp, al pie de la sierra Comiols, es uno de los pueblos de la provincia en los que más se han dejado sentir los efectos destructivos de la guerra; fue durante 9 meses objetivo preferente de la artillería, situado casi en la misma línea de fuego, a pocos centenares de metros de la misma. La casi totalidad de sus casas están en ruinas, la mayoría de ellas total (...)’

Los bombardeos de artillería prácticamente habían destruido el centro urbano, un 75% de las edificaciones quedaron ruinas o bien fue necesario terminar de hundirlas y reconstruirlas.

En agosto de 1940, intervino la Dirección General de Regiones Devastadas, un organismo creado por la dictadura franquista que quería dar respuesta al problema de las destrucciones causadas por la guerra. La presencia de mano de obra reclusa fue muy escasa y la mayor parte de los obreros eran vecinos y trabajadores de Regiones Devastadas. El conjunto de edificios construidos en Isona durante 15 años restan, en gran parte, todavía en pie y en uso, lo que diferencia mucho la arquitectura de Isona con la tradición constructiva propia de la zona.

El Ayuntamiento de Isona y la Generalitat de Cataluña ha creado un itinerario por los principales edificios de la reconstrucción del pueblo. Los paneles informativos explican y muestran con fotografías como eran los edificios antes de la guerra, como quedaron destruidos durante el conflicto y como Regiones Devastadas los rehizo.

Destaca sobre el resto del edificio del ayuntamiento, construido de forma majestuosa en un lugar preeminente de la plaza del Bisbe Badía. La gran torre y el balcón que se pueden contemplar en la fachada son elementos visibles de la nueva arquitectura 'imperial' que definió las obras del estado franquista. Después de la guerra, la antigua plaza Bisbe Badia tenía tres de sus lados prácticamente derrumbados. Una vez limpiada de escombros la zona, nació en medio del pueblo una gran explanada con buenas condiciones para albergar el nuevo centro de la villa. Así, junto a la casa consistorial, se construyó el edificio de la rectoría, junto al ayuntamiento, y un conjunto de 13 viviendas destinadas a agricultores.

Uno de las otras construcciones singulares, además de la escuela municipal y la iglesia, es el depósito construido por el organismo franquista para suministrar el agua potable a las diferentes viviendas. En la actualidad este elemento ha convertido en una clara referencia visual del pueblo de Isona.

En el pueblo de Isona son pocos los restos visibles del intenso bombardeo de artillería que sufrió la villa. Destaca, en este sentido, una vivienda ubicada en la plaza de la Asunción, frente a la plaza de la iglesia, con impactos de metralla en su fachada.


El ayuntamiento 'imperial'

Ejecución de la obra: abril de 1948-julio 1951
Arquitecto: Gabino Lagarriga
Coste de la obra: 812.566, 62 pesetas

El edificio que albergaba el ayuntamiento republicano de Isona se vio gravemente afectado por la guerra. Por este motivo la Dirección General de Regiones Devastadas consideró necesario edificar un nuevo ayuntamiento. El edificio, construido majestuosamente en el centro del pueblo, ocupaba el terreno de tres casas afectadas por la guerra, que fueron expropiadas. Fue proyectado siguiendo el modelo definido por localidades de menos de 1.000 habitantes y se inauguró el 9 de julio de 1951.

La fachada principal es una buena muestra de la arquitectura franquista llamada 'imperial'; el balcón sostenido por ménsulas de piedra, la gran puerta de entrada configurada por un arco de medio punto y la torre adosada sobresaliendo de la línea de fachada, son características comunes en las casas consistoriales de la época.
El interior del edificio albergaba un garaje, un almacén para los servicios municipales, un calabozo, el despacho del juez, el archivo municipal, el despacho del alcalde y del secretario, un despacho para los concejales y la secretaría por el atención al público, entre otras dependencias. Todas las estancias principales contaban con una chimenea para calentarlas.

(Texto extraído del panel colocado en la plaza Bisbe Badia)