Son escasos los restos que hoy recuerdan la existencia del campo de concentración de Argelès-sur-mer, el mayor de todos los que instalaron las autoridades franceses el invierno de 1939 para acoger a los refugiados republicanos catalanes y españoles (hasta 180.000 personas durante los primeros días de febrero). Un monolito en la misma playa y una estela en el antiguo cementerio de los españoles son los principales espacios de memoria del campo.
A pocos metros de la playa de Argelès-sur-mer, en la avenida de la Retirada, se habilitó en 1939 un cementerio para enterrar las personas muertas en el campo de concentración. Fue a raíz de una llamada del Ayuntamiento que un propietario puso disposición la parcela de terreno. El cementerio fue totalmente destrozado por la inundación de 1940.
Diez años más tarde, en 1950, una familia dio una estela en memoria de un ser querido, y se colocó en el centro del antiguo cementerio. Los nombres que actualmente figuran en esta estela son las personas que murieron en el campo durante el periodo donde quedó encerrado. Los nombres que faltaban fueron añadidos en 2007, por iniciativa de Pierre Aylagas, alcalde de Argelès.
El árbol de los niños
Junto a la estela, se plantó en 1999 un árbol dedicado a los 70 niños menores de 10 años que murieron en el campo a propuesta de Pierre Fuentes.
El cementerio forma parte de la ruta de la memoria del municipio de Argelès-sur-mer y anualmente es visitado por las asociaciones de exiliados españoles para recordar a sus familiares.
