Parque Búnkers Martinet y Montellà La línea fortificada de los Pirineus Bookmark and Share
Fuentes consultadas
- 'Els búnquers de la Línia Pirineus: Memòria d'un temps de guerres' Rosa Serra, Lluís Esteva, Jordi Piñero. Ajuntament de Montellà i Martinet, 2007.
- Información propia diarideguerra.com

El municipio de Montellà i Martinet, en la comarca pirenaica de la Cerdanya, acoge uno de los espacios históricos vinculados a la guerra civil más reveladores y desconocidos de Cataluña. Se trata del Parque de los Búnkers de Martinet y Montellà, inaugurado en 2007, formado por un centro de interpretación y un itinerario guiado al aire libre por parte de uno de las decenas de centros de resistencia construidos por el franquismo terminada la guerra civil en los Pirineos para hacer frente a una posible invasión terrestre.

El dictador Franco planificó desde 1943 una línea de defensa en los Pirineos, la llamada línea 'P' después de que el ejército franquista se había desplegado por toda la cordillera y la frontera tanto para controlar la entrada de refugiados o evadidos como, sobre todo, para hacer frente a una posible invasión aislada o nazi. La línea se construyó entre los años 1944 y 1947, debería estar formada por 10.000 búnkeres desde el Cabo de Creus hasta Hendaya, en el País Vasco, levantados por más de 12.000 hombres. Los 10.000 búnkeres se debían de organizar y agrupar en 169 centros de resistencia. Cada uno de ellos constaba de medio centenar de búnkeres para acoger un batallón de 400 o 500 hombres. Cada 12 o 16 kilómetros se planeaban cuatro centros de resistencia. A pesar del enorme esfuerzo del franquismo, la línea nunca fue armada y ninguna compañía estuvo destinada. Sin embargo, el régimen realizó el mantenimiento de los búnkeres hasta 1960.

La comarca de Cerdanya acoge una gran concentración de búnkeres ya que es la única valle del Pirineo que consta de una gran llanura y tiene buenos accesos, era por tanto una zona idónea de paso de tropas invasoras. Era el lugar donde el ejército español tenía que hacerse fuerte e intentar ofrecer una primera resistencia a las tropas invasoras. Los centros de resistencia de Martinet debían tratar de impedir un avance del invasor por la ruta natural de la Cerdanya hacia la Seu d'Urgell y el valle del Ebro. En la zona llana de la Cerdanya no se construyeron búnkeres ya que no habrían servido para detener a los invasores. La primera resistencia es Martinet donde el valle es más estrecha.

El elemento fundamental de la defensa eran los puntos de artillería. Los búnkeres con cañones estaban situados en puntos estratégicos con una línea de tiro directa sobre la carretera, que pasa por el valle, junto al río. Tenían dos plantas, en la superior se situaba la pieza de artillería mientras la cámara de abajo se utilizaba como almacén para la municipio o como habitáculo y dormitorio.

Los puntos de combates eran los más frecuentes y contenían ametralladoras pesadas o fusiles ametralladores. Su misión era defender los puntos de artillería. Algunos de ellos constaban de varias galerías -como el complejo del Cabiscol-. Otros consistían simplemente en un punto para instalar una ametralladora. Completaba esta estructura militar los puntos de observación y de comunicación, que habían de alojar el mando. Los búnkeres están construidos con cemento armado. Muchos de ellos están parcialmente enterrados bajo tierra para mejorar su resistencia y el objetivo de no ser visibles.

La visita al Parque de los Búnkers se inicia en el centro de atención de visitantes y espacio de interpretación donde se muestra la historia y significación de la línea 'P' a partir de un conjunto de audiovisuales que recrean el ambiente y la atmósfera que rodeaba el mundo de los búnkeres. A continuación se ofrece una visita guiada por el itinerario de los búnkeres donde se observan varios puntos de combate aislados, se visita el espectacular complejo de galerías del Cabiscol, puntos fortificados de artillería-uno de ellos completamente museizado con una pieza de artillería real cedida por el Museo Militar de Montjuïc- y el espectacular búnker de la Roca de la Miel, punto de combate sobre el río Segre que cuenta con una impresionante galería excavada en la roca, con nidos para ametralladoras y bocas para fusiles. Es una visita muy recomendable, de baja dificultad, en un entorno de gran belleza.