La guerra civil española (1936-1939) fue un enfrentamiento bélico feroz y de muy larga duración, casi tres años, entre el ejército encabezado por el general Franco y el gobierno de la República española legalmente constituido. El estallido de la guerra civil se produjo después de años de un irreconciliable conflicto social con la sublevación militar perpetrada por una contingente destacado del ejército regular entre el 17 y el 18 de julio de 1936, que alcanzó el éxito en parte del territorio y fracasó en otros. La lucha por el territorio enemigo de ambos bandos desembocó en una guerra de larga duración, que causó la muerte de miles de civiles y militares y la destrucción masiva de parte del territorio.

Introducción

La guerra civil española (1936-1939) fue un enfrentamiento bélico feroz y de muy larga duración, casi tres años, entre el ejército encabezado por el general Franco y el gobierno de la República española legalmente constituido. El estallido de la guerra civil se produjo después de años de un irreconciliable conflicto social con la sublevación militar perpetrada por una contingente destacado del ejército regular entre el 17 y el 18 de julio de 1936, que alcanzó el éxito en parte del territorio y fracasó en otros. La lucha por el territorio enemigo de ambos bandos desembocó en un conflicto militar de larga duración. Los sublevados contaron con el apoyo del falangismo incipiente, la poderosa iglesia católica y los partidos de derecha conservadora. El gobierno republicano estaba formado por un conjunto de partidos de izquierda, extrema izquierda y nacionalistas. El bando republicano recibió el apoyo del movimiento obrero, con los poderosos sindicatos socialistas, comunistas y anarquistas a su cabeza. El ejército de Franco, jefe de los sublevados, recibió la ayuda clave de Hitler y Mussolini en forma de tropas y moderna maquinaria bélica mientras que los republicanos recibían la ayuda de la Unión Soviética y de miles voluntarios antifascistas agrupados en las Brigadas Internacionales. El ejército franquista tomó casi siempre la iniciativa pero el ejército popular supo resistir en múltiples ocasiones. La pérdida del norte de España, rico en materias primas y fábricas de armas, precedió las durísimo batallas de Teruel que finalizaría con la llegada de los franquistas al Mediterráneo y la partición de la España republicana. La batalla del Ebro fue el último intento republicano para recuperar la iniciativa, sin éxito. Cataluña caería meses más tarde y con ella las mejores tropas republicanas. La derrota definitiva era cuestión de tiempo. El 1 de abril de 1939 finalizaba la guerra con la derrota completa de los republicanos, con miles de muertos en ambos bandos y una destrucción en el territorio de enorme alcance. Muchos consideran la guerra civil como un preludio de la Segunda Guerra Mundial. La victoria de Franco se perpetuó durante 40 años en forma de dictadura.